Idea principal: Jaqueline YunJae
Redacción: Kim Young Mi
Kim Jae Joong siempre ha tenido una vida llena de soledad. Al ser abandonado por sus padres desde muy chico, tuvo que ser criado por unos de sus tíos, que muy apenas y le daban un plato de comida y lo mandaban a trabajar. Su vida es muy miserable, pasando por muchas necesidades a lo largo de ella.
Cuando cumplió una edad "suficiente", considerada así por sus tíos, estos lo echan de la casa, con la única excusa de "Ya te hemos mantenido por mucho tiempo".
Así, Jae Joong se ve completamente solo y desamparado, era solo un adolescente y no sabia que hacer, debía encontrar una manera de sobrevivir, pero el problema era encontrar una.
Siendo el hambre un gran problema en el que se ve metido, no tuvo más opción que recurrir al robo para poder vivir.
Un día en un parque, en el que muchos niños jugaban, se encontraba en una de las esquinas con sombra dada por los árboles, un puesto de helados, y un hombre haciendo fila para comprar uno. Sigilosamente, Jae Joong se acerca, y como si tuviera práctica en eso desde hace mucho, mete su mano en el bolsillo del hombre y saca rápidamente su billetera sin que este se percate siquiera del acto. Corrió lo más rápido que pudo del lugar, llegando hasta otro lado del parque en donde no lo viera nadie. Ahí encontró otro puesto de comida, en donde compró algo con el dinero que acababa de robar.
Se sienta en una banca, guardando el resto del dinero en el bolsillo de su chaqueta y come su comida con desesperación, siendo aquel su primer alimento en días.
-Maldita sea mi suerte. Yo no merezco esta vida - maldijo golpeando una de sus piernas. Justo en ese momento un joven de alrededor 20 años se acerca a él, sentándose en la banca a su lado y le dijo
-Veo que estas de malas - Hizo una pausa, notando como Jae Joong volteaba hacia él, haciéndole notar que le estaba escuchando -Te comprendo, la vida es siempre así de injusta. Le da a unos lo que a otros nos quita - Jae Joong lo miró pensativo.
-¿Tu que sabes? - le preguntó Jae Joong algo enfadado. Que sabría el de la vida y de lo injusta que esta podría ser, si se veía que esta persona tenía por lo menos algo de comer todos los días, y andaba bien vestido.
-Se mucho más que tú y es por eso que quiero ayudarte. Te ofrezco que trabajes con nosotros. Vi que eres muy hábil e ingenioso. Te ofrezco una oportunidad. No te presionaré, en el momento en que decidas irte lo puedes hacer con completa libertad, no obligamos a nadie a quedarse con nosotros si no les gusta el trabajo. Entonces... ¿Qué dices? ¿Te quedas? - Ya se había puesto de pie y estaba frente a él, mirando hacía abajo al chico que aun comía sentado en aquella banca del parque.
Jae Joong no sabía que pensar de ese hombre. La vida le había demostrado que no se podía confiar en alguien con facilidad, pero le estaba ofreciendo un trabajo, y sea cual fuese aquel empleo, sería mejor que no hacer nada y pasar por hambre y frío.
-Acepto - dijo Jae Joong seguro de su respuesta, obteniendo una sonrisa del chico -Por cierto... ¿Como te llamas? - le pregunto
-Me llamo Yoochun, tengo 20 años y vivo a unas cuadras de aquí con mi compañero. - le tendió la mano para saludarlo, y también ayudarlo a levantarse del asiento. -¿Como te llamas tu? -
-Soy Jae Joong, Kim Jae Joong y tengo 15 años -
Caminaron fuera del parque, dirigiéndose por la banqueta a un lugar que Jae Joong desconocía. Solamente dejándose guiar por Yoochun
-¿A donde vamos? - pregunta curioso
-Vamos al lugar donde vivo. Comparto el lugar con mi compañero, esta a unas cuadras -
-¿Y que es lo que haces? – tenía muchas preguntas, pero no sabía si debía hacerlas todas.
-Trabajamos en una organización. Somos libres de estar el tiempo que deseemos, como te dije, no obligamos a nadie. Pero descuida, el trato lo tendrás conmigo, no tratarás directamente con los superiores. -
Mas tarde en la casa de Yoochun, ambos se encontraban cenando, Jae Joong estaba feliz porque era la primera vez que comía más de una vez en un día. En ese momento, el compañero de Yoochun llega, notando a alguien más en la casa
-Hola. Veo que tenemos visita - dijo el pelirrojo mirando a Jae Joong, el cual dejó de comer para prestarle atención al joven que acababa de llegar
-Los presento. Jae Joong, él es Junsu - dijo Yoochun apuntando al chico pelirrojo. - Y Junsu, él es Jae Joong, nuestro nuevo compañero de trabajo - apuntando ahora al pequeño adolescente pelinegro.
-Un gusto - lo saludo estrechando su mano -Espero nos llevemos bien - Jae Joong solo asiente al comentario de Junsu y sigue comiendo.
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Una semana después de haberse encontrado con Yoochun, aquel Hyung con el que Jae Joong estaba en cierto modo agradecido por sacarlo de la miseria, el pelinegro ya sabía como se manejaba todo en aquella organización. Eran carteristas. Junsu coqueteaba con las víctimas, mientras Yoochun les sacaba las carteras.
En otras ocasiones, Yoochun se ponía en frente de los automóviles que no iban a mucha velocidad por la calle, simulando un accidente, y con lo buen actor que es, siempre salía bien. Luego ofrecía no denunciar al conductor del auto con la condición de que lo compensen para poder pagar el hospital.
Jae Joong cubría en ocasiones a Junsu, seduciendo tanto a hombres como a mujeres. Porque había que admitirlo, el adolescente era hermoso vieras por donde lo vieras, pudiendo dejar completamente hipnotizadas a las mujeres con su rostro de niño inocente, y a los hombres con su belleza que algunos consideraban femenina. Los guiaba a lugares secretos en donde los dormía con somníferos, y así les quitaba todo lo de valor que pudieran tener con ellos.
En resumidas cuentas, eran ladrones, pero la manera en la que ellos se referían a si mismos y a su trabajo, era mas elegante y no los hacia sentirse tan sucios. Por lo que preferían utilizar el término carterista, y no ratero.
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Y así el tiempo fue pasando. Ahora un Jae Joong de 19 años se dedica a estafar y a secuestrar personas, sin dañarlas claro, pues no se sentía con el poder de decidir quien podría vivir y quien no hacerlo. Era un joven frío, calculador y egoísta.
YOOCHUN POV's
Junsu acaba de salir a otro trabajo. Nos acaban de encargar un secuestro. Al parecer este es uno grande, pues tenemos que capturar al único hijo de un hombre de negocios muy rico de Seúl, el cual tiene empresas por casi todo el país. He estado en este negocio por tanto tiempo, y he ganado buen dinero, la verdad no me puedo quejar aun sabiendo que hacia algo malo, y creo que con la paga que nos darán por este trabajo podríamos retirarnos, y empezar una vida pacifica en otro lado. Aunque aun no se que opine Jae Joong al respecto, primero necesito hablar con el sobre estos planes.
Un poco mas tarde, mientras estaba en la sala viendo televisión, para sentir que el tiempo pasaba rápido, llega Jae Joong, y le comunico los planes que tenemos. Como la persona fría e inexpresiva que es, él escucha y asiente. No me sorprende que no le de importancia. Y esa misma noche acordamos nuestro último golpe.
Ya tenemos todo listo, nos han enviado fotos y datos del chico. Se llama Jung YunHo y tiene 17 años. Wow, otro jovencito víctima del trabajo de sus padres.
-Parece un completo idiota hijito de mamá- dice burlonamente Jae Joong al ver al muchacho de la foto.
Esa noche, comenzamos a idear el plan perfecto. Si queremos que sea nuestro último trabajo, tenemos que hacerlo de la mejor manera, para así no tener ningún problema y poder irnos en paz.
YUNHO POV's
Esta casa parece una cárcel, a veces ni yo se como aguanto encerrado aquí. Quisiera poder vivir mi vida como yo guste, poder tener aventuras como las que veo en la televisión. La monotonía me aburre en demasía, a pesar de tener una buena familia, buena escuela, y muchas comodidades, no me siento satisfecho. Todo el tiempo siento ese gran vacio en mi pecho que me indica que no soy completamente feliz como yo desearía, como cualquiera debería serlo.
Cualquiera diría que vivo en un hogar feliz, con unos padres que me quieren y me ponen atención, pero la verdad es que aquellos que creen eso de mi, solo ven lo que sale en las fotos de periódicos y en los demás medios de comunicación. Rara vez veo a mi padre, este siempre anda en reuniones, viajes de trabajo y otras cosas relacionadas con el ser el presidente de su empresa.
A veces viene a verme mi amigo de la escuela Chang Min, siendo el la única persona con la que se que puedo contar sin importar que, se ha vuelto mi mejor amigo, y tratamos de vernos lo mas seguido posible después de la escuela, ya que el es muy inteligente y en ocasiones me ayuda con mis tareas.
Lo único bueno que veo en este momento de mi vida, es que mañana me largaré con Min a un reventón. Así que tengo que prepararlo todo y esperar que llegue el día.
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AL DIA SIGUIENTE POR LA NOCHE:
Ya estoy por fin en la fiesta, estoy sentado con una cerveza en mi mano, y Min me acaba de abandonar por irse a bailar, así que me quedo aquí aburrido. Pero no tengo por que desesperar, la noche es joven aun.
Mientras paseo mi vista por los invitados a la fiesta, me quedo contemplando maravillado a la persona que acaba de llamar la atención completa de todos mis sentidos.
"¡¿Pero que veo?!" pienso mientras observo a ese chico pelinegro con facciones tan delicadas y perfectas.
"Viene hacia mi" Definitivamente este es mi día de suerte
-¿Hola, puedo sentarme?- pregunta con una sonrisa, que me ha parecido la más hermosa que he visto jamás
-Claro que si - respondo nerviosamente
-¿Has venido solo? No tengo pareja, me llamo Hero, y podemos follar hoy mismo - me dijo directamente, dejándome impresionado. Yo solo atino a tomar mi bebida.
Después de un rato, yo sigo tomando, pero siento como su mano va tocando mi pierna, acariciándola suavemente. Su tacto me hace erizar cada vello de mi piel, y me gusta, quiero que siga haciéndolo, hay algo en él, que me atrae de sobremanera. Aquella blanca mano va subiendo lentamente por mi muslo hasta llegar a mi entrepierna, tocando aquella zona, que inmediatamente comienza a despertar con un simple roce de sus bellos dedos.
-¿Que estas haci....- iba a preguntarle cuando tomó mis labios por sorpresa. Los lamió, y automáticamente abrí la boca para darle paso a su juguetona lengua. Decido en ese momento que quiero irme con él.
-¿A donde vas? - me pregunta Chang Min al ver que me levanté de mi lugar y me dirigía hacia la puerta de la casa.
-Me voy con Hero, un chico buenísimo que acabo de conocer, no te preocupes por mi, regreso solo después - y así salí de aquella casa, en donde ya me esperaba Hero recargado afuera de su auto.
Condujo por un rato, llevándome a unos barrios de la ciudad que no conozco. Se estaciona en una de las calles y bajamos del auto.
Me dejo guiar hasta su casa, una bastante humilde, pero eso es lo que menos me importa en este instante, solo importa el hecho de estar con él. Abre la casa, entramos y me empuja al sofá. No entiendo el por qué pero debe ser parte de lo que me tiene preparado.
-Hey tu, esto es un secuestro y mas te vale comportarte - me dice y cierra la puerta con llave sin darme tiempo para reaccionar siquiera. No puedo creer lo que esta pasando, no puedo creer que esto me este pasando a mi.
De pronto salen dos jóvenes más
-¡Oh Jae Joong lo trajiste!- dice uno y el mencionado no responde nada. Este chico me dio un nombre falto, se llamaba Jae Joong.
Uno de ellos de acerca a mi y me dice
-No temas, se un buen chico y no te haremos daño, es mas, estarás suelto aquí adentro, siempre y cuando te comportes- yo solo atiné a asentir positivamente y me quede ahí.
Por la noche, no podía dormir, no podía dejar de pensar en si estarían buscándome, o si realmente Chang Min pensó que llegué mi casa y estoy a salvo. Me pregunto si mi padre se ha dado cuenta que no llegué a casa. Pero unos ruidos extraños me sacan de mis pensamientos. Camino al lugar de donde provienen esos sonidos, y veo la puerta entreabierta de una de las habitaciones, me asomo con cuidado y veo a esos otros dos chicos, un pelirrojo y un pelinegro, follando duramente. Y pensar que yo estaría teniendo sexo con Jae Joong.
-Aish - digo para mi mismo. -Esta no te la dejare tan fácil -
JAEJOONG POV's
Me siento raro, desde que besé a ese tonto niño en aquella fiesta siento algo extraño en mi pecho, me siento diferente. No es que nunca antes haya besado a alguien, la verdad nunca sentí nada cuando besaba a mis víctimas al momento de seducirlas, y mucho menos me importó eso del primer beso, pues era algo que no era en nada especial para mí. Pero no se por que diablos me siento así si él no es mas que un crio mimado, aunque, ahora que lo pienso, es muy sexy el condenado, tiene lo suyo, con solo esos besos que nos dimos ayer noté lo buen besador que es, cosa en la que nunca me habia fijado con alguna otra persona. Y también, por lo que pude tocar mientras lo seducía... se ve que esta muy bien proporcionado, si saben a lo que me refiero.
Sacudo mi cabeza de un lado a otro tratando de sacar esos pensamientos estúpidos, será mejor que me tome una ducha rápida.
Llego a la mesa del comedor en la cocina y ahí sentado esta YunHo comenzando a reclamar por su desayuno.
-¡¿Café y pan con mermelada?! Yo no como esto, quiero mi vaso de jugo de frutas, mi yogurt, mi ensalada de frutas. No esto - Ay este niño me saca de quicio
-Te recuerdo que esto es un secuestro, aquí no estas para que te complazcamos ni nada de eso, así que traga y cállate, o muérete de hambre - Me observa con el entrecejo arrugado y comió. Yo me encontraba a cargo de el ya que mis compañeros se encontraban acordando las negociaciones.
Preparé algo de comer rápido y me senté a comer frente a él, observando como comía enojado, y en ocasiones me dirigía sus miradas llenas de furia, las cuales no me afectaban en lo mas mínimo.
Así es como van pasando los días, y este chico ya me tiene harto. Todo el santo día se la pasa molestándome, se queja de que no le gusta la comida, de que no duerme a gusto y otras cosas sin importancia. Se me insinúa todo el tiempo, y yo solo me quedo resistiendo la tentación, pues la verdad si pudiera me lo cojo ahorita mismo, pero no, es mi trabajo, y no se mezclan las emociones con el trabajo.
Acabo de salir de darme un baño cuando él entra mientras estoy secando mi cabello con la secadora, me disponía a vestirme y él me sorprende. Rápidamente me cubro con la toalla, pero este se me queda viendo de todos modos y me dice
-Eres tan hermoso, ¿por qué no hacemos lo que teníamos pensado cuando me trajiste? - Esa fue la gota que derramo el vaso. Ya no pude aguantar más y deje caer mi toalla. Con pasos lentos me acerque a él y lo observé detenidamente, admirando su cuerpo. Saqué su camisa y toqué su abdomen, que se sentía duro por el ejercicio, respire su aroma, muy varonil, era adictivo, nunca habia estado así con alguien, ya no se que me pasa.
Mis manos bajaron a su entrepierna, tocando su desarrollado miembro por sobre la tela de su pantalón, él gimió ante aquella simple caricia. Estuve un rato jugando con él hasta que no pude resistir más y me puse de rodillas frente a él y metí completamente aquel pedazo de carne en mi boca. Era fascinante lo que esta sintiendo, y escucharlo gemir de placer me encendía aun más. Me levanté de nuevo para besarlo, dejándole sentir su propio sabor, y ahora fue turno de YunHo.
Tomó mi hinchado miembro con una de sus manos y comenzó a masajearlo, no fue mucho tiempo porque casi inmediatamente se hincó para chuparlo deliciosamente.
Nos acostamos en la cama y él se posiciona encima de mí, yo sin pensarlo dos veces abro mis piernas dispuesto a entregarme por completo a él. Mis sentidos se encuentran nublados y ya no puedo pensar en nada más que tenerlo dentro de mí.
Sin ninguna preparación él se coloca entre mis piernas, y con su mano toma su miembro para dirigirlo a mi entrada. Me comienza a penetrar poco a poco, hasta que está completamente dentro y sin esperar ni un segundo, empiezo a moverme para que me embista sin piedad, y el entendiendo el mensaje así lo hace.
Estaba sintiendo el mayor placer que jamás habia sentido en mis 19 años de vida. Era la sensación más inexplicable, y la más increíble, era una mezcla entre dolor y placer, podría decirse que era como masoquismo, pero aquí predominaba el placer.
Siento un cosquilleo en mi vientre y se que el orgasmo esta cerca. Tomo mi miembro y comienzo a masturbarme mientras que YunHo continúa con las fuertes embestidas. Unos minutos mas tarde ambos nos corremos al mismo tiempo, yo arqueando mi espalda y él apretando con sus manos mis caderas.
Se acostó por un momento para recuperar el aliento, cuando yo me subo a horcajadas de él y comienzo a masturbarlo para que se ponga duro de nuevo.
Esta vez me siento sobre su miembro y comienzo a cabalgarlo.
Nuevamente nos corremos, y así seguimos haciéndolo durante toda la noche, en todas las posiciones que te puedas imaginar, y también en las que no.
Al despertar, casi al medio día, encuentro a YunHo abrazándome. El ver esta escena, y su semblante tranquilo, e incluso feliz, hace que algo en mi se active. Algo que nunca habia sentido. Tal vez esto es lo que llaman amor... no, no creo estar enamorado, yo no me enamoro, no puedo, y no debo.
Pero mi sentido común y el resto de mi cuerpo dicen lo contrario, por lo que sigo con aquello con YunHo.
Nos dejamos llevar por la lujuria, haciéndolo todos los días, por toda la casa. En la mesa de la cocina, en la ducha, en el sillón de la sala, en el suelo, de pie, en cuatro, etc.
Y un día antes de que lo entreguemos de vuelta, siento esa preocupación y ese vacio de saber que tal vez no lo volveré a ver. Porque he notado que me agrada su compañía, que lo necesito cerca de mi, necesito de sus besos y de sus abrazos, y no puedo vivir sin hacer el amor con él, porque me he vuelto un completo adicto a su cuerpo. Debo admitir que me gusta YunHo "el hijito de mamá"
-¿Que te pasa? ¿Por qué tan serio? - me dice acercándose para abrazarme. Ese día Junsu y Yoochun están trabajando, y yo tengo que quedarme "a cuidar" a YunHo.
-No quiero que te vayas -
-...-
-Me gustas - le dije así directamente, pues es mejor ahorrarte palabras y decir lo que vas a decir y punto.
-¿Como se que no es solamente por el sexo? -
-¿Tu me quieres solo para eso? - le cuestiono dolido
-...N....No - me contesto volteando el rostro
-Pues yo tampoco... nunca habia sentido esto antes, eres la primera persona que hace que me sienta querido - Y así, la caja de mis emociones comenzó a vaciarse en frente de YunHo, contándole todo sobre mi vida y el por qué era de esta manera, las razones por las que comencé en este negocio. Y sorprendentemente, para mi, el también se abrió conmigo.
El día de su liberación, día de nuestra separación, ambos sufrimos, yo siento que algo me falta, y se que el se siente de la misma manera.
Y solo por él, me prometo a mi mismo cambiar, buscar ser una mejor persona, pues he entendido que lo amo, y que quiero estar con él, y si quiero lograrlo, debo esforzarme, para así poder estas junto a él.
5 AÑOS DESPUES
Después de tanto esfuerzo y dedicación que puse en esto, por fin tengo mi título administrativo, y pienso postularme para un puesto de trabajo en la corporación Jung. Si tengo suerte, me encontraré con YunHo de nuevo, porque aunque ha pasado mucho tiempo ya, siento que lo amo igual o incluso más que antes.
-Siguiente, Kim Jae Joong - escucho decir a la secretaria del jefe de la empresa y me pongo de pie yendo directo a su oficina.
-Buenos días mi nombre es Kim Jae Joong -
Aquel hombre de encontraba de espaldas a mi, sentado en su silla detrás del escritorio. Se gira lentamente y cuando por fin logro ver su rostro, mi corazón salta de la emoción. Era YunHo.
-Esta contratado joven, veo que tiene buen curricular, y no solo me refiero a este documento, si no al chico que me gusta. - me dice apenas me ve y me sonríe.
Sin poder evitarlo corro hacia el y me siento en su regazo, pasando mis brazos por su cuello abrazándolo, y lo beso. Siendo un beso cargado de pasión, toda esa que guardamos para el momento de nuestro reencuentro. Cuando nos separamos por falta de aire, le digo
-Cambie, soy un hombre de bien solo por ti -
El me abraza fuerte y me dice
-Me alegro tanto, sabia que lo harías, por eso te espere estos años. - me da otro beso -Ahora trabajaras conmigo, y me debes obedecer en todo ya que soy el jefe absoluto - "Es un abusador de poder por lo que veo" pienso con el seño fruncido
-¿Y tu padre? -
-Murió hace un par de años -
-Lo siento YunHo - le digo tocando su mejilla
-No te preocupes, ya lo superé -
Y ese día me quede a trabajar con él, y además de eso, les pude conseguir a Yoochun y a Junsu un puesto ahí. Se merecían por lo menos esa ayuda de mi parte, después de todo el apoyo que ellos me dieron cuando mas solo me encontraba.
YunHo y yo nos volvimos a besar, y comenzó a desvestirme desesperadamente.
-Aquí no... - dije entre gemidos, y es que aunque mi mente me decía que no era lo correcto, pues se supone que debíamos trabajar, mi cuerpo me traicionaba. Tanto tiempo tenía de no sentir a YunHo junto a mí, que lo necesitaba en demasía.
-Soy el jefe, me debes obediencia - me recordó y siguió besándome.
1 año después YunHo me pidió que nos casáramos, después de que toda la empresa sospechara de nuestra relación, la cual él no se preocupaba siquiera por mantener en secreto.
¿Y que mas puedo decir? Solo que soy muy feliz con Jung YunHo.
FIN