Prólogo

Prólogo

 

“Incluso si muriera 100 veces, reviviría 101 solo para amarte de nuevo”

Nunca pensó que su vida podría acabar de esta manera. Ella tenía muchas cosas planeadas para hacer. No estaba segura de que podría pasar en su futuro, ni tampoco estaba segura de lo que quería hacer, solo sabia que quería ser una persona exitosa. Pero su vida se terminó simplemente con un choque, así de simple. Ni siquiera recordaba si habia sufrido, si le habia dolido el golpe, si habia miedo en sus ojos cuando aquel carro la atropelló.

Paul se encontraba aun en el cementerio, de pie justo en frente de aquella piedra con el nombre de la persona que amaba grabado en ella, apenas solo unas horas la habían colocado ahí, y para él ya era como si hubiera pasado demasiado tiempo. Su madre habia insistido en que debían irse a casa, pero el no habia querido. Con la promesa de que llegaría antes del anochecer, el chico de piel clara se quedó ahí simplemente mirando, pensando, como si ella pudiera leer su mente.

FLASH BACK

-Fue un accidente de auto, eso fue lo que nos informó la policía – dijo el doctor que habia atendido a Ángela.

-¿Y como esta ella? – preguntó Paul con el miedo y la preocupación comiéndole las entrañas

-Hicimos lo que pudimos… pero ella no se salvó –

FIN DEL FLASH BACK

-Ni siquiera me dejaste decirte cuanto te amaba – dijo más para si mismo que para alguien más.

Se dejó caer sobre la tierra que apenas había sido colocada sobre aquella caja de madera, importándole poco cuánto se ensuciara. Pasó sus manos por su cabello castaño rojizo en un intento de disminuir su dolor, pero solamente lo hizo desesperarse más y terminó jalándolo, comenzando a llorar amargamente de nuevo.

Sus ojos verdes ahora miraban todo borroso a causa de las gotas saladas que emergían de ellos, y en medio de su llanto pudo ver a aquella chica que le había robado el corazón sin siquiera quererlo.

-Ángela… ¿Por qué?... - Dejó aquella rosa blanca que había estado sosteniendo desde que llegó al funeral en frente de la lápida y se fue del cementerio. Aun necesitaba llegar a la estación de autobuses para regresar a su ciudad.

~o~o~o~o~o~ AKTF ~o~o~o~o~o~

A las afueras de Piedras Negras, en su casa, se encontraba Eduardo acostado en su cama, el chico había estado llorando todo el día desde que regresó del funeral de su novia. Simplemente aun no lo podía creer, y nunca lo haría, porque siempre le había dicho que era el amor de su vida, y no pudo hacer nada para protegerla.

-Perdóname… - pero no se podía culpar por lo sucedido, porque no había nada que él pudiera hacer. No era como que él no hubiera querido acompañarla por su hermano, porque él no se encontraba con ella en ese momento, así que solo sucedió y ya.

-Supongo que… hay que superarlo – dijo Yuki, su mejor amiga, sentada a su lado. También se encontraban en la habitación Melisa y Michelle. Las tres chicas eran las mejores amigas de Eduardo y también de su novia, y les dolía de igual manera la muerte de la chica.

-Será difícil, pero es lo correcto – dijo ahora la más alta del grupo, Michelle, mientras se limpiaba las lágrimas con un pañuelo.

~o~o~o~o~o~ AKTF ~o~o~o~o~o~

Muy lejos de ahí, al otro lado del mundo, Irie Uchiha se encontraba con su medio hermano y sus padres en la sala de espera del hospital general de Tokio, esperando noticias de su hermana menor. Apenas hace unas horas les había hablado la policía explicándoles que la chica pelinegra había sufrido un accidente en la calle, y la habían trasladado inmediatamente a urgencias.

-Puedo cancelar mi viaje a México – dijo Takeshi Uchiha a su esposa Ayumi

-No lo hagas, yo estoy segura que Sakura estará bien –

-¿Por qué mejor en lugar de que se vaya otousan, no se van todos a México? – Sugirió Irie. Ya que su padre tenía muchos negocios en el extranjero, siempre estaba viajando. Pero en esta ocasión, como sería la prueba de su empresa en un nuevo país, tendría que quedarse durante mucho tiempo, incluso estaba la opción de quedarse a vivir permanentemente ahí.

-Es una buena idea… así podrían pasar tiempo con mi hermana – dijo Hyuk Su, el otro hermano mayor de Sakura.

-Está bien… de todos modos tenemos que esperar a que despierte – y justo cuando Takeshi dijo esto, el doctor que atendió a su hija salió de la habitación en donde la habían internado.

Todos los presentes se levantaron de inmediato y fueron con el médico, quien con una ligera sonrisa de satisfacción en su rostro les dijo

-Ella se encuentra bien ahora… solo está durmiendo –

Y un suspiro de alivio salió de las bocas de los integrantes de la familia Uchiha.

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Se sentía diferente, no por el hecho de haber sido golpeada por un auto, sino en que no se sentía como normalmente lo hacía. Aparte del dolor en su cuerpo había una sensación extraña que no podía explicar.

Sus ojos se fueron abriendo lentamente, cerrándose de a poco cuando la cegadora luz del lugar en el que se encontraba no la dejaba ver. Cuando por fin tuvo completa visibilidad, reconoció la habitación como la de un hospital y cuando levantó su brazo derecho para tocar su rostro, vio la intravenosa en su pálido brazo.

“Recordaba que era menos blanca” pensó, pero no le dio mucha importancia, tal vez era algún efecto de la luz que hacía que su piel se viera mas clara de lo que era, como si no estuviera bronceada por tanta natación al aire libre a las 6 de la tarde durante el verano.

No sabía como había llegado ahí, lo único que recordaba era que había sido golpeada por un auto que venia a exceso de velocidad por un área de escuela, y después de eso todo se había vuelto negro. Tal vez alguien debió ver el accidente y la trajo al centro médico para que le salvaran la vida. Quien quiera que haya sido, le estaría eternamente agradecida.

Volteó a su izquierda, encontrándose con un espejo, en el cual vio a una chica de cabello negro, liso, cortado en capas, llegando la más larga a mediación de su espalda. De piel muy blanca y unos brillantes ojos verde jade, ligeramente rasgados.

-¿Quién es ella? – habló por primera vez, viendo como los labios de la chica en el espejo se movían pronunciando las mismas palabras que ella. Hizo algunos movimientos con sus manos, y la chica del espejo los imitó. Entonces se dio cuenta de que era su reflejo.

-¿Qué rayos? – dijo algo mas fuerte y reconoció que no era su voz, o bueno, no la que ella recordaba.

¿Quién era aquella chica y por qué estaba en su cuerpo? Fue la única pregunta que asaltó la mente de Ángela después de reaccionar

 

 

 

Comentarios

Oh Dios!!!!!!!! :3

Fecha: 24.06.2013 | Autor: Mayra Alejandra

Que barbara mujer... Me dejas en suspenso pero, ES FABULOSO!!!!!!!! LO AMO. Solo que me revolvi un poco del chico Paul y Eduardo, osea Eduardo era el novio pero no fue al funeral y Paul era su enamorado que nunca conocio Angela o cómo??? Anyway me encantó. Mantenmme informada ya que estoy muy emocionada :D

ILY <3

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