-Era cuestión de tiempo para que me dijera esto – dijo Jae Joong bajando la mirada
-No te preocupes, no dejaré que te lleven lejos de mi – le dijo YunHo caminando hacia el y sentándose, como siempre, a su lado en la cama.
-¿Qué harás? Mi madre no te dejara siquiera acercarte, ya la conoces –
-Aun no se, pero no me rendiré sin dar pelea – le respondió el moreno colocando su mano sobre la cabeza del pelinegro y acariciando su suave cabello. – No hay que pensar en esto, relájate y concéntrate en recuperarte… oh, y en comer, estas muy débil – le dijo tomando los palillos con algo de arroz y acercándolos a la boca del mayor.
El pelinegro se dejó consentir por el joven Jung, que le seguía dando de comer como si fuera un niño pequeño. Cuando el plato quedó vacio, YunHo recogió la bandeja y la colocó en otro lado, en donde no estorbara, y regresó al lado de Jae Joong.
Se quedaron en silencio por un tiempo, no tenían algo en mente para hablar, pero era un silencio cómodo, por lo que solo querían disfrutarlo. YunHo buscó con una de sus manos la de Jae Joong, y al encontrarse, se entrelazaron, apretándose de vez en cuando ligeramente, pero siempre manteniendo firme el agarre, como queriendo mostrarle a quien fuera, que no los separarían, no importa lo que hicieran.
Jae Joong sonrió, y YunHo al observar tal gesto también lo hizo. Tenían que mantener una actitud positiva y sonreírle a la vida, aun después de todo lo malo que les acababa de ocurrir.
El pelinegro volteó a ver a su amante y sus miradas se conectaron, se contemplaron durante unos segundos, que para ellos eran eternos, y sintiéndose las únicas personas en el mundo, lentamente fueron acercando sus rostros hasta que sus labios de unieron en tan ansiado beso.
Movieron sus bocas lentamente, a un ritmo que solo ellos dos conocían de memoria, transmitiéndose todo el amor que se tenían.
El mayor soltó la mano de YunHo para poder pasar ambos brazos por el cuello del moreno. Separando sus bocas solo unos milímetros para tomar aire, y así poder continuar besándose.
El sonido del monitor de los latidos de Jae Joong comenzó a intensificarse y YunHo se separó algo asustado.
-Estoy bien – le dijo Jae Joong sonriéndole para tranquilizarlo – Es solo que… mi corazón se acelera cuando me besas – terminó de decir sonrojándose y ocultando su rostro en el pecho del menor. YunHo lo abrazó mientras reía y besó su cabeza.
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-Pensaba que los rumores de que YunHo-hyung tenia pareja eran falsos… pero al menos alguien se encargó de el – decía un joven muy parecido a Jae Joong, mas no idéntico, que estaba viendo la televisión, pero sin encontrar algo de su interés, se la pasaba cambiando el canal.
-Hyun Cheol-ah no deberías decir eso, no dices que amas a YunHo-hyung… - comenzó a reprenderlo su amigo, Ha Neul, que se encontraba sentado a su lado, pero fue interrumpido por Hyun Cheol
-Si, lo amo, y no dejaría que alguien mas este con el – Ha Neul rodó los ojos fastidiado, sabiendo que no iba a poder hacer cambiar de opinión a su amigo. Ya habia intentado hacer que Hyun Cheol olvidara su amor por Jung YunHo, pero le era imposible. El chico castaño estaba obsesionado con el.
Después de varios canales pasados, Hyun Cheol se detuvo en las noticias, donde, como era de esperarse, solo se hablaba del incidente en el concierto de U-Know.
Apretó los puños tan fuerte que parecía que el control de la televisión se rompería, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento. La razón de su enojo fue lo que escuchó en la noticia:
*El manager de U-Know e incluso el mismo Jung YunHo nos han prohibido entrar con reporteros al hospital. Lo único que sabemos es que el muchacho, Kim Jae Joong, quien fue anunciado por YunHo-sshi como su pareja, esta fuera de peligro, y ya se encuentra recuperándose…*
Karam, que era la manera en que llamaban sus amigos a Park Hyun Cheol, apagó la televisión y lanzó el control contra la pared, haciendo que se rompiera.
-Hyun Cheol-ah! ¡Cálmate! – Le gritó Ha Neul poniéndose de pie después de Karam, lo tomó de los hombros y lo volvió a sentar. El peli castaño fulminó con la mirada a su amigo, pero se quedó sentado, ya que Ha Neul era mas fuerte que el, sabia que lo volvería a sentar a la fuerza.
“Ya me encargaré personalmente de separar a esos dos” pensó Hyun Cheol formando una sonrisa, para nada buena, en su rostro.
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Tiempo después
Jae Joong habia estado en el hospital varias semanas, tiempo en el cual YunHo siempre estuvo acompañándolo, a parte, claro, de sus padres. Sus hermanas habían tenido que regresar a sus casas con sus familias, por lo que solo habían permanecido en Seúl unos días.
Para cualquier paciente este seria muy buen día, pues era el día en que Jae Joong era dado de alta, pero para el no lo eran ya que por mas que YunHo insistió e incluso suplicó a sus padres, estos no accedieron a dejarlo regresar a vivir con el. Y esa era la razón por la cual Jae Joong se encontraba con la mirada perdida y completamente mudo, mientras su padre lo ayudaba a vestirse. Con ayuda de unas enfermeras, el pelinegro fue trasladado de su cama a la nueva silla de ruedas que ahora usaría.
Afuera del hospital estaba el coche de sus padres, justo en la entrada, esperándolo. El clima era frio, se anunciaban posibles nevadas para esos días, hacia mucho viento y las hojas de los arboles estaban volando, dejándose llevar por el aire.
Padre e hijo salieron del centro medico dirigiéndose a su automóvil, ahí Jae Joong insistió en tratar de subirse el, pues no quería depender en todo de las demás personas, pero como aun no tenia practica, le fue muy difícil, y tuvo que aceptar, a regañadientes, la ayuda de sus padres.
El trayecto a casa fue largo, se encontraban en una de las horas de mayor trafico vehicular en la capital surcoreana, por lo que cuando el camino era de aproximadamente 20 minutos, ahora les tomó casi el doble. Jae Joong estuvo todo el camino viendo por la ventana, pensando y extrañando a YunHo. Algo le decía que su pareja no se rendiría, que aunque el no estuviera en ese momento junto a el, el llegaría un día por el. Pero tampoco el se iba a quedar ‘de brazos cruzados’. Aunque estaba consciente de que no podría hacer muchas cosas ahora, ya habia pensado en algo. Aunque sonara muy infantil, les haría la ley del hielo a sus padres. También tenía planeada una posible huelga de hambre, o algo con lo que los pudiera chantajear después para que le llamaran a YunHo.
Al llegar a la residencia Kim, nuevamente ayudaron a Jae Joong a ser trasladado a su silla de ruedas, y una vez ahí, fue llevado por su padre hacia el interior de la casa
-Bienvenido a casa Joongie – le dijo con cariño su madre, la persona con la que el pelinegro se encontraba más que enojado por separarlo de su novio, se dedicó a asentir y rodar los ojos fastidiado
-¿Quieres comer? – le pregunta acercándose a el y colocando una mano en la pierna del muchacho. El observó esto, y lentamente apartó la mano de su pierna. No quería que lo tocaran, no servía de mucho pues el no sentía nada en esa parte de su cuerpo.
-Solo quiero ir a mi cuarto… estoy cansado – respondió el pelinegro moviendo el mismo su silla de ruedas en dirección a su habitación.
Abrió la puerta, y al entrar la volvió a cerrar, se acercó a su cama y levantó las cobijas. Con gran dificultad, logró levantarse de su silla y subirse a la cama, acomodó sus piernas por debajo de los cobertores y después se cubrió el resto del cuerpo.
-Mi plan apenas esta comenzando – se dijo así mismo – No fui rebelde cuando era adolescente, pero ahora lo seré – y esbozó una ligera sonrisa. Una que no habia aparecido en un buen tiempo.
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YunHo llegó ese día a la agencia SM con un humor de los mil demonios. Estaba enojado, muy enojado, pero no se daría por vencido, el traería a Jae Joong de vuelta con el. Por el momento, se enfocaría en lo que tenia que hacer antes de que su novio volviera a vivir con el.
El aura “negra” que reflejaba el moreno, hacia que cada persona que intentaba hablarle se alejara de el.
En el momento en que atacaron a Jae Joong, el joven Jung decidió que dejaría de ser cantante, o por lo menos, dejaría de dar conciertos por un tiempo, se tomaría unas “vacaciones”. A lo que venia a SM, era a pedirles eso, no mas giras mundiales ni nada por el estilo. Cuando llegó a su destino, la oficina de Lee So Man, tocó con su puño suavemente y cuando escuchó un “pase” abrió la puerta.
-YunHo-ah ¿Qué te trae por aquí? –
-Necesito hablar con usted – dijo tomando asiento enfrente del escritorio de su director.
-Esta bien, te escucho –
Y así YunHo empezó a darle sus razones para dejar de presentarse en los escenarios. So Man asentía a todo lo que el joven decía, pues sabía que tenia razón, cualquiera que hubiera estado en un atentado contra su vida se negaría a presentarse públicamente de nuevo.
-Eres una persona muy importante para esta empresa, entiendo si ya no quieres dar conciertos, pero quiero que sigas trabajando con nosotros – le dijo So Man
-Puedo ser maestro de los trainees que vayan entrando – Dijo YunHo como opción, y mirando hacia los discos colgados en las paredes, pensando en más opciones
-Me parece buena idea… - se levantó de su asiento al mismo tiempo que YunHo para estrechar sus manos, pues el moreno tenia que irse a su casa – Tu paga bajara un poco, pero seguirá siendo muy buena –
-Entiendo y gracias – Y haciendo una ligera reverencia a modo de despedida, YunHo salió de la oficina
El primer pendiente de su lista esta completo, ahora lo que seguía, era remodelar su departamento, a modo de que hubiera mas espacio y Jae Joong se pudiera mover libremente por la casa con su silla de ruedas. Lo que menos quería era que el pelinegro se sintiera limitado, pues bien sabía que lo que el más amaba era la libertad. Con una sonrisa, de esas que uno esboza cuando esta motivado en algo, YunHo se dirigió a la salida de SM.
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Hyun Cheol iba bajando de su auto en el estacionamiento de SM, ese día le tocaba entrenar a uno de los nuevos grupos que debutarían en unos meses, cuando vio a la persona en la que pensaba día y noche con gran obsesión, saliendo por las puertas de la agencia. Rápidamente, sin ningún plan previamente hecho en su mente, se acercó al cantante para saludarlo
-Buenos días YunHo-hyung – haciendo una reverencia
-Hola Hyun Cheol – le respondió rápidamente el moreno mientras seguía concentrado en su teléfono, estaba tratando de contactar a Jae Joong, pero cada vez que lo llamaba, este lo llamaba al buzón, así que llegó a la conclusión de que los padres de pelinegro debían tener su celular.
Karam se molestó un poco en ese momento por la poca atención que su amor platónico le habia dedicado, pero cuando estaba a punto de entrar al edificio la voz de YunHo llamó su atención.
-Hyun Cheol-ah ¿has visto a Chang Min? – y con algo de enojo en su voz, porque no se interesaba el moreno por el, le contestó secamente
-No Hyung – y rápidamente se retiró a hacer su trabajo.
“Que raro es este chico” pensó YunHo sin tomarle mucha importancia, lo que necesitaba ahora era encontrar a Chang Min, para que le ayudara con otro de los pendientes que tenia. Y también contactaría a Junsu y Yoochun para que le ayudaran a remodelar su casa.
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-Joongie-ah vamos… tienes que comer algo – decía la madre del chico que estaba acostado en su cuarto sin decir ni una sola palabra.
Ya habia pasado un día entero y Jae Joong se habia negado a comer, e incluso hablar con sus padres. Intentaron pedirles a las hermanas del joven que lo convencieran de que por lo menos comiera, pues les preocupaba su salud, pero lo único que el les habia respondido a sus hermanas habia sido “Quiero a YunHo conmigo”
-Te dejaré aquí la comida, espero comas, si no, tendré que llamar a un doctor para que te inyecte vitaminas – y después de dejar la bandeja con comida en el buró al lado de la cama de Jae Joong, se retiró cerrando la puerta.
-No comer es difícil – dijo el pelinegro tocando su estomago, el cual ya pedía ser alimentado. –Hay que aguantar un poco más – cerró sus ojos dispuesto a seguir durmiendo, pues esa era la única manera en que se podía mantener sin comer, y también la única manera de sentirse cerca de su YunHo, al cual extrañaba en demasía.