Era más que obvio que no obtendría ni la más mínima ayuda de Ha Neul para sus planes de obtener a YunHo, pero Karam sabía perfectamente quien si le haría caso. Su fiel hyung Mika, porque sabía que ese hombre haría lo que sea por él.
-Mika – llamó el castaño a su amigo cuando iban hacia los vestidores después de unas horas de ensayo de baile.
-¿Qué pasa mi pequeño Karam? –
-Necesito que me hagas un favor enorme –
-Lo que sea por mi dongsaeng favorito – y Park Hyun Cheol sonrió al comprobar que tenia al joven cantante comiendo de la palma de su mano. Porque ahora no iba a hacer quedar a YunHo mal ante Jae Joong, porque esos dos tenían tanta confianza en sí mismos como para dudar de su amor por cosas tontas y absurdas como esas.
Kim Jae Joong era un oponente inteligente y no podría jugar con su mente fácilmente, pero sabía que en esos momentos no se encontraba con el mejor físico posible, y eso era lo que le daba una gran ventaja a él. Ahora no iría con YunHo. Esta vez, su objetivo era Jae Joong, aquel muchacho al que odiaba con todo su ser por estar en el lugar en el cual él debía de estar, en el cual él creía que era su deber estar, y no se detendría hasta separar a esos dos, así tenga que matar a Jae Joong, Karam estaba dispuesto a lograr su objetivo.
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-Hoy debo quedarme a terminar mi exposición con Yi Han – dijo Jae Joong mientras se bajaba del auto de YunHo y subía a su silla de ruedas
-Avísame cuando termines de todos modos, vendré por ti – se despidieron con un ligero beso en los labios y entonces cada quien partió por su propio camino.
A Jae Joong le gustaba pasar los fines de semana con su novio, porque casi siempre tenía esos días libres y había algunas veces en que no tenia tarea, por lo que aprovechaban para estar juntos, pero ese viernes el pelinegro tenía que terminar un proyecto en equipo para exposición de la siguiente semana y tendría que quedarse hasta tarde en la universidad con su amigo Yi Han.
-Solo espero que este día pase rápido – se dijo el joven y entonces entró a su salón.
-Te aviso cuando salga y vemos donde encontrarnos para trabajar, ¿Te parece? – le dijo Yi Han a Jae Joong mientras iban hacia sus lugares cuando la clase iba a comenzar. Se verían después de sus clases para terminar de preparar su exposición, pero como la última clase que tenían no era la misma, iban a tener que esperar en algún lugar que acordaran.
-Sí, está bien – respondió el pelinegro para después sacar su cuaderno y su pluma y comenzar a anotar rápidamente lo que el profesor les decía.
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-Kim se quedará hasta tarde en la universidad y saldrá de su ultima clase de este salón – dijo Karam a Mika mientras le entregaba un mapa de la escuela, en donde resaltaba lo que era la facultad de medicina y con rojo estaba marcado el salón donde estaría su victima.
-¿Estas seguro de esto? – pregunta el joven con algo de miedo después de haber escuchado el plan de su dongsaeng. Estaba dispuesto a ayudar a aquel chico que consideraba como su hermano menor y al cual quería mucho, tanto que pensaba hacer lo que fuera por ver una sonrisa en su rostro, pero aun así seguía siendo un ser humano con conciencia y sabía que lo que estaba por hacer era algo malo, porque involucraba hacerle daño a alguien. Además ¿Qué tal si lo descubrían? Seria más que obvio que su carrera como cantante se iría por el drenaje, por no decir que también su vida si lo llegaban a meter a la cárcel por atentar contra la vida de una persona inocente.
-Estoy muy seguro Mika. Tu ya me has prometido que lo harás, ¿No te estas arrepintiendo ahora o si? –
-Yo cumplo mis promesas Karam, me encargaré de ese muchacho esta misma tarde -
Y la culpa se disipó de su mente por un momento al ver a ese jovencito sonreír. Oh Mika, tu simplemente eres uno más de sus juguetes.
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Chang Min se encontraba caminando hacia el estudio de grabación para cantar junto a KyuHyun, iba pensando en la bella voz del chico y en como haría para controlarse frente a él, ya que aunque le gustara aquel chico que era rebelde con sus hyungs de grupo, debía mantener una buena imagen como su sunbae frente a él. Tarareaba la canción que había ensayado por varios días pero una voz fastidiosa y que odiaba en demasía lo hizo detener sus pasos y su melodía.
-Hazlo bien y te recompensaré con lo que quieras- escuchó decir a Karam dentro de uno de los cuartos de baile vacíos de la empresa.
-No te preocupes. Esta noche me desharé de ese Jae Joong y te diré como me pagarás, se perfectamente lo que quiero-
Chang Min al escuchar el nombre de la pareja de su mejor amigo inmediatamente se alarmó, debía decirle lo mas pronto posible a YunHo para que no dejara al futuro médico solo en ningún momento, para que tuviera mas cuidado con él ahora que sabía que el peligro acechaba alrededor de la pareja.
-¿En donde está YunHo?- se preguntó en un susurro, sin esperar ninguna respuesta ya que era una pregunta para sí mismo.
-Chang Min-sshi - habló Hyun Cheol con un tono inocente en su voz cuando salió de la habitación
-¿Qué quieres?- le dijo con cierto tono de enojo en su voz
-¿Por qué estás enojado?, ¿Acaso nos escuchaste hablar? - dijo la última pregunta al mismo tiempo que una sonrisa malvada se posaba en su rostro
-Si, y no dejaré que le hagas daño ni a YunHo ni a Jae Joong- le dijo decidido
-Eso lo veremos...- hizo una seña con su mano y el mas alto enarcó una ceja en confusión -Mika, encárgate de él- y después de un chasquido de sus dedos, un hombre casi de su altura salió del mismo cuarto en el que el chico castaño había estado hace unos minutos y antes de que Chang Min pudiera hacer algo, ese hombre ya había colocado una soga alrededor de su cuello, obstruyéndole el paso del aire y dejándolo inconsciente, dejando su cuerpo tirado dentro del oscuro cuarto de ensayos.
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-¿Jae Joong-sshi? – alguien preguntó por su nombre y el joven pelinegro volteó hacia la voz
-¿Si? –
-Yi Han me mandó a hablarte, se le acabó el crédito en su celular –
-Oh… Está bien – respondió Jae Joong no muy seguro ya que no recordaba a ese amigo de Yi Han.
Aquel joven se dirigió a él para mover su silla de ruedas y llevarlo a donde supuestamente estaba su compañero.
-Le enviaré un mensaje a Yi Han de todos modos para avisarle que voy hacia él – dijo Jae Joong
-No es necesario, llegaremos rápido si yo te llevo – le dijo el misterioso chico de pupilentes azules y cabello castaño con algunos rayos más claros. Le quitó sutilmente el celular al pelinegro y lo guardó en la mochila de éste.
Jae Joong pensó que no importaba mucho, ese chico sabía donde encontrar a su compañero de equipo y podría descansar un poco sus brazos porque se había ofrecido a llevarlo.
A pesar de ser completamente desconocidos, Mika trató de conversar un poco con el muchacho al que le empujaba su silla de ruedas, se sintió nuevamente mal por un momento por lo que estaba a punto de hacerle pero la voz de Karam resonó de nuevo en su cabeza, recordándole que no debía tener siquiera una pizca de compasión.
Entraron al área deportiva de la ciudad universitaria y fue cuando Jae Joong salió de sus pensamientos al darse cuenta del lugar donde se encontraban
-¿Yi Han está por aquí? –
-Si… Dijo que quería nadar un poco –
Y el pelinegro no supo que contestar ya que no conocía muy bien al chico porque apenas tenia unas semanas de haber ingresado desde Japón por un programa de intercambio.
Al llegar al edificio del equipo de natación, Mika empujó la puerta a la cual se había asegurado con anterioridad de quitarle el candado y regresó por Jae Joong para entrar.
Encontraron el lugar tranquilo y a oscuras y Jae Joong pensó que no se notaba que alguien estuviera nadando recientemente. Iba a decir algo pero el tono de llamada de un teléfono lo interrumpió
-Hola… ¡Ah Yi Han!, si ya llegamos… Está bien… Te espero –
Jae Joong y el chico se fueron a las bancas que estaban cerca de la alberca para que los atletas colocaran sus cosas y se quedaron ahí esperando. El castaño se sentó en una de las bancas y el pelinegro dejó solamente su mochila sobre la banca.
Solo debía esperar unos cuantos minutos y el momento indicado llegaría. En el que cumpliría con esa misión de manera rápida y saldría de ese lugar sin dejar sospechas.
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Cuando Chang Min por fin despertó, se encontró en la sala oscura de baile en la que había sido dejado inconsciente hace unas horas. Inmediatamente recordó todo lo sucedido y se levantó de un salto para ir a buscar a YunHo, al mismo tiempo que la puerta del lugar era abierta y las luces encendidas, dejando ver a la persona que estaba en su mente en ese momento.
-¡YunHo! –
-Chang Min ¿Qué haces aquí?, ¿Estás bien? – se acercó a su amigo y tocó su cuello, donde una marca roja residía en su cuello a causa de la soga con la que casi lo matan.
-Si… eso es lo de menos. Necesitas ir con Jae Joong, corre gran peligro –
-¿De que hablas? – pregunta confundido por la actitud de su amigo
-Escuché a este fastidioso niño que te ama hablar con otro tipo sobre deshacerse de Jae Joong. Tienes que protegerlo… ¡Ve rápido con él! – le ordenó empujándolo fuera del cuarto e incluso de la empresa, arrastrándolo hasta el estacionamiento
-Chang Min… -
-¡Solo ver por él! – y YunHo no tuvo mas opción que hacerle caso a su amigo. No tenía ni idea de lo que el más alto estaba hablando pero estaba seguro que si lo que quería era preocuparlo, lo había logrado.
Encendió su auto deportivo y salió lo más rápido posible del estacionamiento de su trabajo, con un único objetivo en mente: Ir por Jae Joong a la universidad.
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Pasaron cinco minutos en los que Mika y Jae Joong esperaron a Yi Han y aun no llegaba. El pelinegro se comenzaba a desesperar ¿Qué tanto puede tardar su amigo si estaba en la misma área de la universidad que él? Aunque fuera caminando no sería tanto tiempo. Pensó en cualquier cosa que pudiera pasar para que el chico se demorara y no se dio cuenta cuando Mika se puso de pie.
Jae Joong había avanzado solo un poco con su silla de ruedas hasta la alberca, para observarla y ver si se entretenía aunque fuera un poco. No sabía nadar mucho y el hecho de que aun no podía mover bien sus piernas se lo hacía más difícil, pero aun así le parecía fascinante ver a alguien nadando tantos metros, de ida y de regreso sin parar.
Mika aprovechó esta oportunidad de que el pelinegro se encontraba distraído y cerca de la alberca y con un movimiento rápido y silencioso empujó a Jae Joong de su silla, haciéndolo caer al agua.
-¡Ah! ¡Ayuda! – gritó el pelinegro al chico misterioso pero éste se hizo el de los oídos sordos y comenzó a alejarse.
Jae Joong movía sus brazos hacia arriba y abajo para tratar de no hundirse en la alberca, sintiendo como en ocasiones tragaba agua por tratar de gritar para pedir ayuda y mantenerse flotando. Sus piernas se movían muy poco y no le ayudaban en nada, era como si estuvieran completamente inmóviles y en lugar de flotar se hundía más.
Su cuerpo comenzó a cansarse después de haberse movido tanto y comenzó a hundirse mas, el aire comenzó a hacerle falta y el escozor en su garganta por haber tragado toda esa agua clorada se hizo presente. Perdió la noción del tiempo y ni siquiera se dio cuenta cuando su cuerpo se sumergió por completo y sus ojos se cerraron, esperando lo que sería su muerte segura.
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Después de hablar con Kim Hyun Joong, uno de los amigos de Jae Joong que lo había visto con ese extraño muchacho, YunHo ahora conducía rápidamente por el campus hasta llegar al área deportiva. Se detuvo frente al centro acuático olímpico y entró corriendo a la alberca.
Sintió todo el miedo recorrer su ser cuando vio la silla de ruedas de Jae Joong sin el pelinegro y su mochila sobre una banca. Estaba todo en silencio y a oscuras y no había rastro de su novio, y esto solo lo hizo preocuparse aun más.
-¡Jae Joong! – gritó por su nombre y como si lo hubieran escuchado, el sonido de las burbujas de aire cuando salen del agua lo hizo voltear hacia la alberca. Se acercó corriendo y divisó desde su lugar la silueta de una persona llegando casi al fondo. Sus ojos se abrieron por la sorpresa y quitándose rápidamente los zapatos y la camiseta se lanzó al agua.
Aunque sus ojos siempre se irritaban cuando los abría sin los lentes adecuados en el agua de alberca, YunHo buscó a Jae Joong en el agua ignorando el ardor en sus ojos. Pateó fuerte y usó sus brazos para impulsarse hasta que llegó al pelinegro. Tomó su cuerpo con uno de sus brazos mientras que utilizaba el resto de su cuerpo para salir nuevamente a la superficie.
Salió con Jae Joong en sus brazos y lo recostó en el piso a la orilla de la alberca, observando como el cuerpo de su novio no hacia ningún movimiento. Se acercó al pecho del pelinegro y comprobó que aun había latidos. No estaba muy seguro de lo que iba a hacer, pero recordando un poco de lo que Jae Joong le había enseñado de primeros auxilios, abrió la boca del chico, apretó suavemente su nariz con una de sus manos y acercó su boca a la de Jae Joong, comenzando a darle su oxigeno. Hizo esto varias veces y después presionó el pecho de Jae Joong, pero no obtenía ningún resultado.
Estaba comenzando a desesperarse y el miedo comenzaba a apoderarse de él. No podía perder a Jae Joong, menos de esta manera. Ahora comenzaba a creer las palabras de Chang Min, pero por el momento ni siquiera la cara de un culpable aparecía en su mente, lo único en lo que podía pensar era en hacer que Jae Joong respirara de nuevo.
Lo intentó por unos minutos mas, las últimas veces ya con lágrimas en los ojos por todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Eran tantas emociones que no podía siquiera elegir una: sentía angustia, desesperación, miedo, ira, todos mezclados en una combinación que lo hacían sentir aun peor. Pero ninguno de sus intentos estaba funcionando, el pelinegro no se movía para nada, no abría sus ojos. Sintió que lo perdía y el simple pensamiento de su Jae Joong muerto lo hizo gritar y dio fuertemente un golpe con su puño cerrado en el pecho del pelinegro.
YunHo ocultó su rostro en el pecho de Jae Joong y después lo abrazó con fuerza, meciéndolo en sus brazos, comenzando a llorar audiblemente. Pero justo en ese momento Jae Joong comenzó a toser, expulsando toda el agua que había tragado y respirando con dificultad.
El moreno lo alejó un poco de él para que pudiera tomar más aire y aun con lágrimas en sus ojos retiró algunos mechones de cabello de Jae Joong que se encontraban pegados a su frente por el agua.
Jae Joong entró por fin en razón y se dio cuenta de que YunHo estaba frente a él abrazándolo y aun algo asustado y sobretodo conmocionado por lo que acababa de suceder le correspondió el abrazo.
-Dios. Jae Joong ¿Cómo te pasó esto? –
-Me empujaron –
-¿Quién? –
-Yo… no lo sé Yun – y no mentía, porque ni siquiera supo el nombre del chico que lo había empujado.
-Vamos a casa – YunHo no quiso darle mas vueltas al asunto y simplemente decidió irse, porque lo importante ahora era que Jae Joong se encontraba a salvo.
El camino de regreso al departamento del moreno fue en completo silencio, Jae Joong sentía el enojo de YunHo a más no poder y no lo culpaba, el también se hubiera puesto así si algo le pasara a su novio, pero en ese momento lo único que quería era que le sonriera y le dijera que todo estaba bien.
Y por su parte YunHo no podía dejar de pensar en la razón de todo el daño que les habían hecho. Porque no era la primera vez que intentaban algo para separarlos. Al principio no le tomó mucha importancia porque solo querían hacerlo quedar de infiel y hacer que la desconfianza se formara entre él y Jae Joong, pero ahora que habían intentado hacerle daño al amor de su vida, tenía que tomar cartas en el asunto. Dañar a Jae Joong era algo que no podía permitir que hicieran.
Cuando el auto fue estacionado, YunHo se bajó y fue hasta Jae Joong, tomándolo en sus brazos y cargándolo hasta el departamento
-¿Mis cosas? –
-Mas al rato las bajo del carro –
El pelinegro se quedó callado después de esa respuesta por parte del moreno. Nunca YunHo le había hablado de esta manera tan fría y le dolió hasta el alma. El mayor fue dejado en el baño del departamento y después su novio salió de la habitación.
Se relajó un poco en el agua caliente de la tina, recordando todo lo que había sucedido tan solo hace unos minutos y trató de olvidarlo para sentirse mas tranquilo. La puerta fue abierta y YunHo entró con la silla de ruedas de Jae Joong y ropa seca que dejó sobre la silla.
-Te espero en el cuarto – le habló ahora con el tono dulce que siempre usaba cuando estaban juntos y Jae Joong sonrió ligeramente al escucharlo.
Cuando terminó de asearse y cambiarse entró al cuarto donde YunHo ya lo esperaba seco y con ropa para dormir, acostado en la cama con tan solo la lámpara de la mesita de noche encendida, leyendo un libro. El pelinegro se acercó a él lentamente y cuando estuvo sentado a su lado lo abrazó.
YunHo soltó el libro y correspondió el abrazo de su pareja, sintiendo como Jae Joong lo apretaba con fuerza.
-Lo siento – susurró YunHo mientras acariciaba el cabello de Jae Joong con delicadeza
-¿Por qué? –
-Por no protegerte como se debe –
-Llegaste a tiempo para salvarme… Yo lo siento –
-¿Por qué? –
-Por ser un tonto y confiar fácilmente en las personas –
Y no dijeron más después de eso, porque ninguno de ellos dos era el culpable y lo sabían. Ellos simplemente eran las victimas de una persona llena de maldad en su corazón que era vencida por su egoísmo. Se dieron un beso largo pero tranquilo y durmieron esa noche abrazados.
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Después de toda una noche en la que YunHo no pudo dormir por estar pensando, llegó a una decisión esa mañana. Su amor por Jae Joong era tan grande que no permitiría que le hicieran daño y lo protegería a toda costa. Por eso cuando Jae Joong despertó, el moreno ya lo esperaba en la cocina, listo a hacer lo que debía para que ya no intentaran hacerle daño.
-Buenos días Yunhie – saludó con una sonrisa Jae Joong
-Buenos días Boo – le respondió con un pequeño beso en la mejilla – Vamos a desayunar –
Comieron en silencio el desayuno que YunHo había preparado y a Jae Joong esto se le hizo extraño, porque el moreno nunca dejaba de hablar con él, aunque fuera para decirle cosas sin sentido para hacerlo reír.
-Ven aquí – le dijo YunHo cuando terminaron de desayunar y ya habían recogido sus platos.
Jae Joong obedeció y llegó hasta la puerta del departamento donde el moreno lo esperaba. Se pusieron sus zapatos y salieron hacia el estacionamiento.
YunHo condujo sin decirle nunca al pelinegro el lugar al que iban. No fue sino hasta que entraron a un área residencial que Jae Joong se dio cuenta de que iban hacia la casa de sus padres.
-¿Por qué venimos a casa de mis padres? – Y la pregunta se quedó en el aire porque el moreno estacionó el vehículo y se bajó de éste, ayudando como siempre a Jae Joong también.
Llegaron a la entrada y una vez ahí YunHo tomó el rostro de Jae Joong y lo besó, presionando sus labios con los rojos del pelinegro. Era un beso cargado de amor. Era un beso de despedida.
Jae Joong abrió su boca para hablar cuando YunHo se separó de él pero las palabras que dijo el moreno hicieron que todo lo que hubiera podido decir se quedara atorado en su garganta.
-Lo siento Jae Joong, pero debemos terminar -
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No recuerdo si comente en el capitulo anterior que con este se iban a morir o que tal vez me querrian matar jijiji Pero bueno aqui esta el capitulo 10 y pense "debo meterle mas drama" y cuando se me ocurrio esto fue de "oh mi dios es perfecto"
Ahora, no deberia haber razon para tardarme en actualizar, pero con la natacion y los kilos y kilos de tarea que me encargan en la escuela no habia podido ni siquiera escribir un mugroso parrafo D:
Anyways... nos vemos en unas semanas con el capitulo 11 :D
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L@s amo <3
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