Para él ya no era extraño despertarse por las mañanas con la misma sensación de vacío que lo caracterizaba desde hace veinte años, pero ese día en especial se levantó con lágrimas bajando por sus mejillas, cosa que era sumamente rara en él puesto que ya no lloraba desde hace mucho tiempo. Se giró en la cama sin quitarse las cobijas de encima y checó el reloj despertador: 8:00 a.m. Aún tenía tiempo para seguir durmiendo antes de tener que ir a su trabajo pero no podía dormir. Vio el calendario que estaba al lado del despertador después de checar la hora y sintió ese vacío de nuevo, acompañado de una opresión en su pecho que le hacía difícil respirar.
-Feliz aniversario Boo - habló a la fotografía que estaba en su mesita de noche, aquella en la que sus ojos negros brillaban con tanta felicidad a su lado, chocando sus cabezas ligeramente. Cuando veía esa imagen siempre se sorprendía de lo amplia que era su propia sonrisa. No recordaba ni siquiera la última vez que sonrió de verdad, porque era imposible para él sentir felicidad. Especialmente desde que esa felicidad le fue arrebatada hace mucho tiempo.
Se levantó con pereza del colchón y fue al baño a tomar una ducha, despertando por completo al sentir el agua recorrer su cuerpo. No tenía prisa por llegar a su oficina, de todos modos no tenía casos que resolver. Salió del baño con una toalla alrededor de su cintura y fue a la cocina para prepararse algo de desayunar. Apenas entró su mente lo traicionó, como siempre.
"Buenos días Yunhie" ahí iba de nuevo aquella alucinación de la persona que amaba. Ya estaba tan acostumbrado a ella que ni se asustaba ni se dejaba llevar por verlo de nuevo. Era en ese día cuando aparecía más seguido frente a él. El moreno pasó a la habitación ignorando los juegos que su mente la hacía y se sirvió algo de cereal con leche.
"¡Yah!, no me ignores!" ahora aparecía sentado en la silla frente a él frunciendo sus labios. YunHo lo observó una sola vez y siguió comiendo.
"No debes llegar tarde hoy, es nuestro aniversario después de todo" Y el abogado se levantó de la silla bruscamente justo cuando terminó, sintiendo lágrimas en sus ojos porque aquellas palabras las escuchaba todos los años.
Su trabajo no era su favorito, solamente lo ejercía porque su familia se lo pidió y porque la paga era buena. Importándole poco si tenía trabajo que hacer o no, informó a su jefe que tenía que salir en un viaje de suma importancia y regresaría en unos días.
Después de todo no podía desobedecerlo, aún cuando fuera una mera ilusión.
El viaje a Corea del Sur tomó casi la mitad del día pero no le importó. Aún con su cuello adolorido por la incómoda posición en la que se había quedado dormido fue de los primeros en estar listos para salir del avión cuando este aterrizó en la capital del país. Se acomodó la bufanda alrededor de su cuello y el gorro que llevaba puesto para protegerse del frío que azotaba la ciudad y tomó un taxi hacia su departamento. Aquel que visitaba una vez al año desde que se mudó por cuestiones de trabajo a Estados Unidos. Cerca de su casa había una florería. Entró al lugar, que no había cambiado prácticamente nada desde que se fue del país, y de eso ya había sido demasiado tiempo y la misma persona que atendía el local lo saludó como todos los años.
-Pensé que vendrías más temprano - le dijo la mujer que se movía por todos lados recogiendo flores de cada maceta y acomodándolas en un bello ramo. YunHo siempre se preguntó como lograba hacer que aquellos arreglos se vieran tan bien si solo tomaba flores de todas partes. Para él era sorprendente como podía combinarlos justo igual a como lo hacía Jae Joong cuando trabajaba ahí.
-Tenía trabajo y no pude tomar el avión un día antes - mintió el moreno tomando el ramo de flores, ¿Sería lo correcto decirle que realmente no tenía planeado ir?, Cada visita que hacía le lastimaba, porque traía todos aquellos dolorosos recuerdos de vuelta a su mente y se sentía morir con la misma intensidad que lo había hecho la primera vez. Pero tampoco podía faltar, porque sentía que traicionaba y lastimaba a aquella persona que se llevó su corazón.
-Ya veo - la mujer sabía que el abogado mentía, pero no lo culpaba. Estaba enterada del trabajo del hombre frente a ella y del dolor que lo consumía todos los días desde la partida de ese ser querido, después de todo fue ella quien presenció la escena hace 25 años, pero sabía que no podía faltar, sabía que nunca faltaría. Menos en esa fecha con doble significado para él.
-Justo como a él le gusta - susurró YunHo mientras veía el ramo en sus manos y la florista sonrió, porque era el mismo arreglo que siempre le regalaba. -Debo apurarme, no quiero que se me haga más tarde - fueron las últimas palabras de YunHo a la mujer y se fue de la florería dejando el dinero sobre el mostrador.
-Pobre hombre - dijo la florista a nadie en especial mientras arreglaba y regaba sus flores para mantenerlas con vida. Le gustaba hablar en voz alta ella sola cuando no había nadie a su alrededor más que las coloridas flores, era como si pudieran escucharla y comprenderla y de alguna manera sentía como si hablara con alguien. Antes acostumbraba cantarles junto con el chico que trabajaba con ella atendiendo la tienda, pero desde que se marchó ya no lo hizo más, simplemente no era lo mismo.
-Deberías irte con él, se tomó la molestia de venir cuando tenía trabajo - habló esta vez a alguien que se encontraba de pie frente a ella, cantándole a las flores.
"Él me ha estado ignorando" dejó de cantar el bello joven que aparecía siempre frente a la florista y bajó su mirada algo triste.
-Solo está pasando un momento difícil... -
"Por mi culpa..." Aquello pasaba a menudo, que el chico se culpara de todo. Todo lo que tuviera que ver con Jung YunHo. La única persona que lo mantenía en ese lugar.
-No es tu culpa, él solo está sufriendo - suspiró la mujer y se acercó al muchacho, notando las alas que tenía en su espalda. Aquellas resplandecientes y blancas alas que poseía y aunque sabía que no podía tocarlo levantó la mano. - Anda, te está esperando -
Se limpió una lágrima rebelde con el dorso de la mano y desapareció.
En otra parte de Seúl se encontraba YunHo sentado en su auto estacionado con las flores sobre las piernas, sin saber si debía salir o simplemente marcharse. Pero ya había recorrido todo el camino hasta Corea así que se bajó del vehículo y siguió el camino de todos los años. Ya sabía el camino de memoria, incluso podía decir que conocía el número de pasos para llegar al destino de siempre. Al único punto que visitaba en ese lugar.
Con el viento helado de Noviembre soplando y haciendo volar las hojas de los árboles que se quedaban atrapadas en sus cabellos rebeldes, YunHo se sentó en la tierra y colocó cuidadosamente las flores frente a él. Miró al cielo, como esperando alguna señal de que aquella persona veía y aceptaba su regalo.
-Veinticinco años y aun así siento que el tiempo pasa muy lento - acarició la piedra fría en la que se encontraba grabado el nombre de la persona que ama. -¿Debería... rehacer mi vida? - El viento sopló fuerte, como en respuesta a su pregunta y el moreno continuó hablando, sintiendo como se le iba formando un nudo en la gargante a medida que las palabras salían de su boca y sus ojos nublarse por las lágrimas que amenazaban con salir. - Sé que tú dirías que buscara mi felicidad, pero no puedo. No quiero dejarte ir, además... tú te llevaste mi corazón, sería engañar y lastimar a alguien que se interese por mí y eso no sería justo -
Sintió un leve escalofrío bajar por su mejilla y por su brazo derecho y después de mirar el cielo una vez más se levantó y sacudió el pantalón lleno de tierra. Tocó de nuevo la piedra frente a él y dijo unas últimas palabras antes de irse.
-Siempre te digo que será el último año... pero sabes que soy malo mintiendo. Nos vemos el siguiente año amor - Y el abogado Jung partió del cementerio de la ciudad para tomar de nuevo un vuelo hacia Estados Unidos.
El bello ángel que se encontraba sentado justo al lado de donde YunHo había estado hace unos segundos lo siguió con la mirada hasta que lo perdió de vista y se levantó de su lugar con lágrimas bajando sin señal de detenerse por sus mejillas.
"Nos vemos" Pero aquellas palabras tenía un significado diferente. Jae Joong lo sabía. Porque aquella florista siempre había tenido la razón.
Pronto se encontrarían de nuevo.
Pronto el sufrimiento de YunHo terminaría.
Jae Joong lo sabía y rezó como siempre lo hacía para que YunHo llegara seguro a su hogar.
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Nos encontramos de nuevo con otro proyecto en Young Mi's blog. Me emocionaron mucho los comentarios que vi cuando publiqué la sinopsis y ya le había prometido a una amiga en la escuela que subiría el primer capítulo de esta historia.
Habrá tal vez algunas cosas que no entiendan, pero se irán aclarando con el tiempo. La situación en esta historia es complicada y si ahorita piensan que es triste y dramático, pues pronto lo será más.
Mañana seguiré escribiendo porque es sábado de club de anime y en lugar de dibujar escribo YunJae jijiji
Iba a subir capítulo de I Love You Just The Way You Are hoy pero no pude escribir nada porque un programa raro entró en mi computadora y tuve que formatearla y tardó toda la tarde en reestablecerse. OBVIO había hecho un respaldo de mis pocos archivos en mi usb así que todo volvió a la normalidad ahora. Pero les prometo que este fin de semana estará listo el capítulo.
Espero les guste esta historia y que más personas la vayan siguiendo con el tiempo, y que las que la siguen en este momento, se queden conmigo hasta el final.
Nos vemos en el siguiente capítulo que espero sea subido pronto ^^
L@s amo
~Always Keep The Faith~