3.5. Here comes the hard part of the work

Solamente por ese momento, YunHo pensó que sería fácil hacer a Jae Joong volver con él, pero estaba muy equivocado. Porque Jae Joong podía ser la persona más difícil del mundo cuando se lo proponía, y ahora notaba que lo estaba siendo con él, y el pelinegro estaba siendo aun más difícil que incluso cuando lo quiso conquistar por primera vez.

Jae Joong no había llegado esa noche a su casa, aun cuando le había dicho que lo haría. Preocupado de que le haya pasado algo, o más bien no queriendo pensar en que le había mentido solo para deshacerse de él en ese momento, llamó a su celular insistentemente hasta que la voz que quería escuchar apareció.

-¿Si? –

-Pensé que vendrías –

-Pues pensaste mal -

-Jae Joong dijiste que vendrías después de recoger unas cosas – trataba de no desesperarse por lo que escuchaba del otro lado del teléfono.

-Bueno no creías que iba a ceder tan fácil ¿o sí? – Se estaba poniendo difícil, y YunHo incluso podía imaginar la sonrisa en el rostro del pelinegro al decirle todo eso.

-¿Cuándo vendrás? – pasa una mano por su cabello haciéndolo para atrás.

-No lo sé –

-Jae – La forma en que llamó su nombre fue casi una súplica.

-Ya te dije que tienes que ganarte mi confianza de nuevo –

-¿Cómo? –

-Piensa en cómo me conquistaste la primera vez – y después de eso el tono que indica que la llamada había finalizado se escuchó. Le habían colgado y lo habían dejado solamente con un pensamiento en su mente: “Como lo conquisté la primera vez”.

Con lo difícil que era Jae Joong, a YunHo le había tomado más de dos meses acercarse a él. El pelinegro había dado como excusa que tenía mucho trabajo, y bueno, YunHo también tenía que ganarse la vida, y eso reducía considerablemente el tiempo que usaba para ganarse a Jae Joong.

YunHo recurrió a las llamadas telefónicas para sentirse más cerca del pelinegro, quedándose ambos hablando a veces por demasiadas horas, incluso en la madrugada. Justo como dos adolescentes que apenas van a ser novios y son inseparables.

Pero aun así, con lo que estaba haciendo, sentía a Jae Joong cada vez más distante, y esto no parecía afectarle al pelinegro, pero para YunHo era como si lo estuviera perdiendo. Porque incluso teniéndolo en frente, el moreno estaba seguro que si estiraba su mano hacia Jae Joong, este no la tomaría.

Uno de esos días, YunHo se encontraba saliendo del baño después de una ducha cuando su teléfono sonó.

Inmediatamente contestó y sin soltar nunca su celular, se puso ropa y se metió bajo las cobijas de su cama. Pasó casi una hora hablando con Jae Joong hasta que aquella pregunta lo asaltó de nuevo.

-Jae –

-¿Si?-

-¿Estoy teniendo algún progreso? Te siento cada vez más distante por mas cosas que haga –

-YunHo, vas bien-

-¿Entonces por qué aun no estamos juntos como debería ser?... Sé que aunque vivas conmigo aun tendría que seguir tus condiciones hasta que te acostumbres a estar cerca de mí, pero si no lo estas nunca te acostumbrarás –

Tal vez el se sentiría presionado ahora, o tal vez se enojaría, pero ya lo había dicho y ahora esperaba una respuesta. Y aquella respuesta que esperaba, fuera buena o mala, nunca llegó, porque Jae Joong le colgó.

Del otro lado de la línea se encontraba Jae Joong sentado en su cama sin poder despegar su vista del teléfono. La última vez que le había colgado de esa manera a YunHo, este se había enojado demasiado y cuando estuvo en casa con él lo había golpeado mucho, al punto de empujarlo contra una mesa que tenía un florero de porcelana encima, el cual se rompió en cientos de pedazos que lastimaron a Jae Joong en el brazo.

El simple recuerdo de aquello hizo que se le erizara la piel del miedo y que llevara su mano hacia el brazo que había sido lastimado hace meses, en el cual solo quedaban unas marcas hechas por las puntadas.

Sabía que YunHo se sentiría de esta manera desde que comenzó a actuar como lo había estado haciendo estos meses, pero no podía decirle a YunHo así sin más “Solo lo hago para que batalles, para que tomes en serio lo que estás haciendo”, seguramente el moreno se enojaría aun mas. Aunque en este momento se preguntaba si estaba enojado o triste, porque lo único que notó en su voz fue tristeza al preguntar si estaba teniendo un progreso.

--

Pasaron tres meses en los que no se hablaron para nada. Jae Joong pensó entonces que YunHo se había rendido, y aunque le dolió pensar en eso, sabía que en cierta forma era lo correcto, así el podría olvidarse por completo de él.

Jae Joong terminó esa noche de cenar y estaba por irse a la cama, cuando escuchó el timbre de su casa. Con flojera fue hacia la puerta y olvidándose de preguntar quien se encontraba afuera, como siempre, abrió la puerta, dejando ver a un YunHo que respiraba con dificultad y se apoyaba en sus rodillas.

-YunHo ¿Qué haces aquí? –

-Te necesito… demasiado… Yo… Solo me di cuenta de que no puedo vivir sin ti, por favor Jae… tres meses… te di tres meses mas y ya no puedo – su respiración se fue regularizando poco a poco hasta que pudo hablar normalmente. Había corrido desde su estudio hasta la casa del pelinegro porque su auto estaba en el taller ese día.

-Pensé que te habías rendido – le dijo Jae Joong confundido.

-He estado trabajando en algo últimamente y no había tenido mucho tiempo, además pensé que no responderías si te llamaba, por lo que no quise molestarte – y en ese momento Jae Joong se dio cuenta que realmente YunHo pensaba cambiar, porque pasó del necio que le llamaba todos los días a todas horas para saber en dónde estaba a aquel YunHo que le daba su espacio.

Y mientras Jae Joong estaba sumido en sus pensamientos, YunHo sacó una cámara de la mochila que llevaba colgando en su espalda desde que salió corriendo y tomándole solo unos segundos enfocarla, tomó una foto de ese pensativo Jae Joong.

-¿Qué rayos? – el flash de la cámara sacó al pelinegro de sus pensamientos

-Te ves hermoso… ¿Te gustaría ser mi modelo? – pregunta el moreno haciendo que un sonrojo aparezca en las blancas mejillas de Jae Joong. El mencionado asintió ligeramente y después recordó que aun estaban en la entrada de su casa

-¿Quieres pasar? –

Y cuando estuvieron sentados el uno frente al otro en la sala, YunHo dijo

-Ven a vivir conmigo –

-Yun… -

-Por favor… Ahora si vuelve, además no creo que quieras vivir con tu madre toda tu vida… que por cierto ¿En donde esta? –

-Se fue a quedar con una de mis hermanas, acaba de nacer mi sobrino –

-Ya veo… bueno, por favor – dijo tomándole las manos y poniéndose de rodillas frente a él.

“Ya lo he hecho sufrir demasiado” fue lo único que pensó cuando vio esa mirada suplicante en sus ojos y rindiéndose finalmente, aceptó.

-¿Y qué esperas para irnos? -